Me acerco nerviosa, como pisando sobre un volcán: click
«No hay que meterle miedo, antes de la acción, ¡eso es un error!»
“La esperanza se sitúa en las premisas de que no sabemos qué va a pasar y que en la amplitud de la incertidumbre hay espacio para actuar. Cuando reconocemos la incertidumbre, reconocemos que podemos influir en los resultados; uno solo o en colaboración con unas pocas docenas o varios millones de personas. La esperanza es un abrazo a lo desconocido y lo incognoscible, una alternativa a la certeza de los optimistas y los pesimistas. Los optimistas piensan que todo estará bien sin nuestra participación; los pesimistas toman la posición opuesta; ambos se excusan de actuar. Es la creencia de que lo que hacemos importa a pesar de que no podamos saber de antemano cómo y cuándo puede importar, o a quién y qué puede afectar. Es posible que tampoco los sepamos después, pero en todo caso importa, y la historia está llena de personas cuya influencia fue más poderosa después de que se fueron.”
Rebecca Solnit
Para mi, mantener la esperanza, es pura superviviencia para el reencuentro.
Juli
El temor compartido es menos temor, ¿no?
Si, es mucho menor.